Nos guste o no, el amigo secreto en la oficina está muy lejos de ser abolido. Un buen clima laboral no necesariamente implica la realización de este tipo de actividades, pero, si se lleva a cabo y todos la disfrutan, es sin duda un excelente indicador. Por eso, en ocasiones, el grupo lo propone al menos para guardar las apariencias y los individuos terminan accediendo por la presión del grupo.
El ascenso (incluso la permanencia) en las organizaciones, o la consecución de nuevos clientes/negocios, depende en buena medida de las habilidades sociales, es decir, la capacidad para generar algún tipo de empatía o al menos aprecio por nuestros resultados. El amigo secreto es una oportunidad para interactuar y mostrar algunas de tus fortalezas, de hacerte publicidad.
Aquí algunos consejos: